ArataArata es un pueblo al que sólo se entra dormido
no hay forma de llegar de otro modo
Uno saca un boleto de ida antes de acostarse
y un tren mágico lo carga ni bien cierra los ojos
El viaje puede durar cien horas o tres minutos
Se percibe que se está llegando cuando se ven las primeras montañas
Arata está en un valle,
pero también tiene mar
El olor del yodo se confunde con el de las flores silvestres
Hay todo tipo de flora y fauna
desde lechuzas hasta tapires
y desde sauces hasta araucarias
La gente de Arata es muy extraña
se comporta de un modo distinto en cada visita
Pueden suceder aventuras de todo tipo
desde romances fugaces hasta pomposos bautismos
La estancia en Arata varía de vez en vez
hay quienes se han quedado meses enteros
sólo para despertarse luego en el día siguiente a la noche de partida
Lo único que realmente me molesta
es que uno no puede quedarse con los regalos que recibe
Cierta vez me dieron una carta que atesoré muchísimo
pero al despertar sólo me quedaban unas cuantas líneas confusas
Aún así Arata es un lugar de ensueño
Cada quien llega por su cuenta y por su cuenta se va
a medianoche o en plena mañana
Eso si: una parte de uno se queda en el pueblo y lo alimenta
Arata crece de sus turistas.